APARTMENTS FOR SALE IN BARCELONA
Quality is the best kind of advertising…
We offer quality apartments for sale in Barcelona, unique homes for unique people.
Quality
Design
Technology
In addition to a home automation system, which provides warning of leaks, allowing the water or gas supply to be shut off, and enables the heating to be turned on before you arrive home, the homes feature a telecommunications infrastructure for connecting the property to TV, telephone and Internet lines, satellite dish.
Guarantee
All instalment payments made during the construction of our properties have as a counterpart a bank guarantee that protects our customers’ money. After construction, the buildings are covered by a ten-year insurance policy. Our after-sales service will also resolve any incident concerning a quality.
Sustainable
Consulting

Group CASA, a real estate developer in Barcelona.
More than 30 years of experience. New apartments for sale in Barcelona.
Developer and builder of residential housing projects in Barcelona. More than 30 years of experience and a track record of more than 100 buildings constructed or fully renovated. Group CASA is a member of the Catalonian Property Developers and Building Companies Association (APCE).
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Por hechos como este, la ONG Freedom House otorga a Singapur una pobre calificación de 52 sobre 100 (parcialmente libre) en materia de libertades civiles. Para Reporteros Sin Fronteras, la ciudad-estado está gobernada por un “Gobierno intolerante” que promueve la autocensura, y la ha colocado en el puesto 151 de su ranking mundial de libertad de prensa.
La participación ciudadana es uno de los pilares de la seguridad de Singapur. Asimismo, en los últimos años ha aumentado la cooperación de la policía con los comercios de los barrios. Para prevenir atracos en tiendas, han colocado varios carteles en los que informan a los peatones del número de detenciones que han llevado a cabo durante los últimos meses, y se les alerta de la posible presencia de agentes vestidos de paisano en su interior.
También se han instalado numerosas cámaras de vigilancia tanto en locales privados como en zonas públicas, algo que los ciudadanos aceptan con sorprendente normalidad. “Si no tienes nada que esconder, no debería importarte que vean lo que estás haciendo”, asegura un joven de 27 años. Este parece ser el mantra que se repite a lo largo de la isla. En muchas paradas de autobús, además, la policía anuncia puestos de trabajo en sus filas con llamativos carteles. Con ellos cumplen una doble función: reclutar nuevos agentes y recordar a la gente que está siendo vigilada.
La diversidad, emblema nacional
El autobús reduce la velocidad según se acerca a Little India, uno de los barrios más pintorescos de Singapur, donde se pueden encontrar todo tipo de comercios típicos del subcontinente indio. Llegado a un punto, se detiene por completo. La calle está cortada por cientos de hindúesque desfilan como si de una procesión se tratase. Al ritmo que marcan los tambores, se dirigen a uno de los templos reservados para su religión que existen en la ciudad. Muchos llevan pesados adornos sujetos a la espalda por cadenas que les atraviesan la piel, y avanzan a un ritmo lento que les obliga a parar cada pocos metros en un espectáculo que no deja a uno indiferente. Quienes no llegan a tal extremo cargan con botes de leche o cuencos de fruta a modo de ofrenda.
Son miembros de la comunidad tamil de la India, que cuenta con una importante representación en Singapur, y están celebrando el Thaipusam, una fiesta que dura entre dos o tres días en la que muestran su agradecimiento a Subramaniam, hijo del dios Shiva. El autobús no retoma su rumbo hasta que la procesión ha despejado la calle, lo que le hace a uno plantearse si no hubiera sido mejor ir andando a su destino. Este es sólo uno de los ejemplos de inesperadas celebraciones que pueden cambiarle a uno los planes de manera inesperada cuando pasa un tiempo en el país.
Y es que la multiculturalidad es motivo de orgullo para el país. El 74% de la población es de origen chino, a los que siguen un 13% de malayos y un 10% de hindúes. El 3% restante lo componen otros grupos, formados principalmente por la gran cantidad de trabajadores extranjeros que durante los últimos años se ha mudado a Singapur. Con el objetivo de convertir la diversidad étnica en uno de sus estandartes, el gobierno de la isla ha puesto en marcha varias iniciativas para mantener su equilibrio.
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TITULO DE PRUEBA
Mendiluce destaca que el factor clave para absorber los excesos de la burbuja ha sido la ubicación. “Seseña, que fue uno de los emblemas de la burbuja inmobiliaria, remontó y ahora es una zona muy dinámica. Los bancos que se quedaron los pisos bajaron los precios, hasta los 30.000-40.000 euros, y aquello dejó de ser un barrio fantasma. Hoy, esos mismos pisos se venden a 70.000 euros y hay mucha demanda”, asegura. En cambio, “hay estructuras a medio hacer en las afueras de localidades de costa de segunda línea que nunca se acabaran, mientras a pocos quilómetros, en el centro del pueblo vuelven a construirse pisos”.
El estudio de Anticipa también considera inhabitables las viviendas situadas en poblaciones de menos de 2.000 habitantes donde en los últimos tres años no se haya vendido ninguna vivienda. “Hay unas 10.000 viviendas en municipios sin transacciones y, por tanto, sin demanda de vivienda”. Junto a estas viviendas, destaca Oliver, hay 1,5 millones de viviendas “estructuralmente vacías.
Municipios sin transacciones
Están en buen estado pero son viviendas en localidades rurales, la ‘casa del pueblo’, procedentes de herencias, o pisos comprados para que los ocupen los hijos o para vivir cuando se jubile o para financiar la pensión”. Oliver asegura que estas viviendas actualmente no están disponibles para vender ni alquilar, “en muchos casos llevan vacías durante décadas, pero si la demanda sigue al alza y la recuperación inmobiliaria llega a las localidades medianas algunas de ellas si podrían llegar a comercializarse”. Oliver destaca que el stock de vivienda disponible se limita a 1,09 millones de pisos, de los que 640.000 son viviendas nuevas, mayoritariamente pendientes de venta desde los años del boom, y otras 540.000 viviendas de segunda mano. “El stock real de viviendas es de apenas el 2,4% del parque inmobiliario español. El problema, sin embargo, es que en las zonas de mayor demanda como Madrid y Barcelona es cero, y eso es lo que tensiona los precios”, concluye Oliver.
Mendiluce destaca que el factor clave para absorber los excesos de la burbuja ha sido la ubicación. “Seseña, que fue uno de los emblemas de la burbuja inmobiliaria, remontó y ahora es una zona muy dinámica. Los bancos que se quedaron los pisos bajaron los precios, hasta los 30.000-40.000 euros, y aquello dejó de ser un barrio fantasma. Hoy, esos mismos pisos se venden a 70.000 euros y hay mucha demanda”, asegura. En cambio, “hay estructuras a medio hacer en las afueras de localidades de costa de segunda línea que nunca se acabaran, mientras a pocos quilómetros, en el centro del pueblo vuelven a construirse pisos”.
El estudio de Anticipa también considera inhabitables las viviendas situadas en poblaciones de menos de 2.000 habitantes donde en los últimos tres años no se haya vendido ninguna vivienda. “Hay unas 10.000 viviendas en municipios sin transacciones y, por tanto, sin demanda de vivienda”. Junto a estas viviendas, destaca Oliver, hay 1,5 millones de viviendas “estructuralmente vacías.
Municipios sin transacciones
Están en buen estado pero son viviendas en localidades rurales, la ‘casa del pueblo’, procedentes de herencias, o pisos comprados para que los ocupen los hijos o para vivir cuando se jubile o para financiar la pensión”. Oliver asegura que estas viviendas actualmente no están disponibles para vender ni alquilar, “en muchos casos llevan vacías durante décadas, pero si la demanda sigue al alza y la recuperación inmobiliaria llega a las localidades medianas algunas de ellas si podrían llegar a comercializarse”. Oliver destaca que el stock de vivienda disponible se limita a 1,09 millones de pisos, de los que 640.000 son viviendas nuevas, mayoritariamente pendientes de venta desde los años del boom, y otras 540.000 viviendas de segunda mano. “El stock real de viviendas es de apenas el 2,4% del parque inmobiliario español. El problema, sin embargo, es que en las zonas de mayor demanda como Madrid y Barcelona es cero, y eso es lo que tensiona los precios”, concluye Oliver.
Mendiluce destaca que el factor clave para absorber los excesos de la burbuja ha sido la ubicación. “Seseña, que fue uno de los emblemas de la burbuja inmobiliaria, remontó y ahora es una zona muy dinámica. Los bancos que se quedaron los pisos bajaron los precios, hasta los 30.000-40.000 euros, y aquello dejó de ser un barrio fantasma. Hoy, esos mismos pisos se venden a 70.000 euros y hay mucha demanda”, asegura. En cambio, “hay estructuras a medio hacer en las afueras de localidades de costa de segunda línea que nunca se acabaran, mientras a pocos quilómetros, en el centro del pueblo vuelven a construirse pisos”.
El estudio de Anticipa también considera inhabitables las viviendas situadas en poblaciones de menos de 2.000 habitantes donde en los últimos tres años no se haya vendido ninguna vivienda. “Hay unas 10.000 viviendas en municipios sin transacciones y, por tanto, sin demanda de vivienda”. Junto a estas viviendas, destaca Oliver, hay 1,5 millones de viviendas “estructuralmente vacías.
Municipios sin transacciones
Están en buen estado pero son viviendas en localidades rurales, la ‘casa del pueblo’, procedentes de herencias, o pisos comprados para que los ocupen los hijos o para vivir cuando se jubile o para financiar la pensión”. Oliver asegura que estas viviendas actualmente no están disponibles para vender ni alquilar, “en muchos casos llevan vacías durante décadas, pero si la demanda sigue al alza y la recuperación inmobiliaria llega a las localidades medianas algunas de ellas si podrían llegar a comercializarse”.
Oliver destaca que el stock de vivienda disponible se limita a 1,09 millones de pisos, de los que 640.000 son viviendas nuevas, mayoritariamente pendientes de venta desde los años del boom, y otras 540.000 viviendas de segunda mano. “El stock real de viviendas es de apenas el 2,4% del parque inmobiliario español. El problema, sin embargo, es que en las zonas de mayor demanda como Madrid y Barcelona es cero, y eso es lo que tensiona los precios”, concluye Oliver.
Mendiluce destaca que el factor clave para absorber los excesos de la burbuja ha sido la ubicación. “Seseña, que fue uno de los emblemas de la burbuja inmobiliaria, remontó y ahora es una zona muy dinámica. Los bancos que se quedaron los pisos bajaron los precios, hasta los 30.000-40.000 euros, y aquello dejó de ser un barrio fantasma. Hoy, esos mismos pisos se venden a 70.000 euros y hay mucha demanda”, asegura. En cambio, “hay estructuras a medio hacer en las afueras de localidades de costa de segunda línea que nunca se acabaran, mientras a pocos quilómetros, en el centro del pueblo vuelven a construirse pisos”.
El estudio de Anticipa también considera inhabitables las viviendas situadas en poblaciones de menos de 2.000 habitantes donde en los últimos tres años no se haya vendido ninguna vivienda. “Hay unas 10.000 viviendas en municipios sin transacciones y, por tanto, sin demanda de vivienda”. Junto a estas viviendas, destaca Oliver, hay 1,5 millones de viviendas “estructuralmente vacías.
Municipios sin transacciones
Están en buen estado pero son viviendas en localidades rurales, la ‘casa del pueblo’, procedentes de herencias, o pisos comprados para que los ocupen los hijos o para vivir cuando se jubile o para financiar la pensión”. Oliver asegura que estas viviendas actualmente no están disponibles para vender ni alquilar, “en muchos casos llevan vacías durante décadas, pero si la demanda sigue al alza y la recuperación inmobiliaria llega a las localidades medianas algunas de ellas si podrían llegar a comercializarse”. Oliver destaca que el stock de vivienda disponible se limita a 1,09 millones de pisos, de los que 640.000 son viviendas nuevas, mayoritariamente pendientes de venta desde los años del boom, y otras 540.000 viviendas de segunda mano. “El stock real de viviendas es de apenas el 2,4% del parque inmobiliario español. El problema, sin embargo, es que en las zonas de mayor demanda como Madrid y Barcelona es cero, y eso es lo que tensiona los precios”, concluye Oliver.
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TITULO DE PRUEBA
Mendiluce destaca que el factor clave para absorber los excesos de la burbuja ha sido la ubicación. “Seseña, que fue uno de los emblemas de la burbuja inmobiliaria, remontó y ahora es una zona muy dinámica. Los bancos que se quedaron los pisos bajaron los precios, hasta los 30.000-40.000 euros, y aquello dejó de ser un barrio fantasma. Hoy, esos mismos pisos se venden a 70.000 euros y hay mucha demanda”, asegura. En cambio, “hay estructuras a medio hacer en las afueras de localidades de costa de segunda línea que nunca se acabaran, mientras a pocos quilómetros, en el centro del pueblo vuelven a construirse pisos”. El estudio de Anticipa también considera inhabitables las viviendas situadas en poblaciones de menos de 2.000 habitantes donde en los últimos tres años no se haya vendido ninguna vivienda. “Hay unas 10.000 viviendas en municipios sin transacciones y, por tanto, sin demanda de vivienda”. Junto a estas viviendas, destaca Oliver, hay 1,5 millones de viviendas “estructuralmente vacías. Municipios sin transacciones Están en buen estado pero son viviendas en localidades rurales, la ‘casa del pueblo’, procedentes de herencias, o pisos comprados para que los ocupen los hijos o para vivir cuando se jubile o para financiar la pensión”. Oliver asegura que estas viviendas actualmente no están disponibles para vender ni alquilar, “en muchos casos llevan vacías durante décadas, pero si la demanda sigue al alza y la recuperación inmobiliaria llega a las localidades medianas algunas de ellas si podrían llegar a comercializarse”.
Oliver destaca que el stock de vivienda disponible se limita a 1,09 millones de pisos, de los que 640.000 son viviendas nuevas, mayoritariamente pendientes de venta desde los años del boom, y otras 540.000 viviendas de segunda mano. “El stock real de viviendas es de apenas el 2,4% del parque inmobiliario español. El problema, sin embargo, es que en las zonas de mayor demanda como Madrid y Barcelona es cero, y eso es lo que tensiona los precios”, concluye Oliver.